Al menos 63 migrantes, incluyendo 12 niños, han muerto después de que el bote en el que viajaban se hundiera en el mar embravecido frente a las costas del sur de Italia.
Se teme, sin embargo, que los fallecidos puedan superar el centenar, ya que hay decenas de desaparecidos.
La embarcación se rompió con al menos 150 personas a bordo, dijeron los sobrevivientes, cerca de la ciudad costera de Crotone en la región de Calabria.
Un bebé estaba entre los muertos, según la agencia de noticias italiana Ansa. El ministro del Interior de Italia, Matteo Piantedosi, visitó el lugar y dijo que hasta 30 personas aún podrían estar desaparecidas.
Sin embargo, los rescatistas dijeron a la agencia de noticias AFP que la embarcación transportaba «más de 200 personas», lo que significaría que habría aún más personas desaparecidas.
La guardia costera dijo que 80 personas habían sido rescatadas vivas, «incluidas algunas que lograron llegar a la orilla después del hundimiento».
Se han recuperado varios cuerpos de la playa en un balneario cercano.
La tragedia se repite
Un gran número de personas que huyen de los conflictos y la pobreza cruzan cada año de África a Italia.
El barco, que zarpó de Turquía hace varios días, transportaba pasajeros de Afganistán, Pakistán, Somalia e Irán. El presidente de Italia, Sergio Mattarella, dijo que muchos huían de «condiciones muy difíciles».
Un sobreviviente fue arrestado por cargos de tráfico de inmigrantes, informó la policía de aduanas.
Se reportó que la embarcación se hundió después de estrellarse contra las rocas durante el mal tiempo, lo que provocó una gran operación de búsqueda y rescate en tierra y mar.
Las imágenes de video muestran los restos de la madera que se rompió en pedazos y llegó a la playa, junto con partes del casco.
Se ve a los sobrevivientes acurrucados bajo mantas, atendidos por trabajadores de la Cruz Roja. Algunos fueron trasladados al hospital.
«Están todos profundamente traumatizados», aseguró a la BBC Sergio Di Dato, de Médicos Sin Fronteras. «Algunos niños han perdido a toda su familia. Les estamos ofreciendo toda la ayuda que podemos».
Un adolescente afgano de 16 años perdió a su hermana de 28 años, quien murió en la playa junto a él.
Otro hombre afgano de 43 años sobrevivió con su hijo de 14, pero su esposa y sus otros tres hijos, de 13, 9 y 5 años, no lo consiguieron. Una mujer, también afgana, se negaba a moverse de la playa después de perder a su marido, informaron periodistas de la BBC desde Roma.
«Esta es otra tragedia que ocurre en nuestras orillas. Nos recuerda que el Mediterráneo es una gran fosa común que alberga decenas de miles de almas, y que sigue creciendo», aseguró Francesco Creazzo, portavoz de SOS Méditerranée, una ONG dedicada a operaciones de rescate en el Mediterráneo central.
«No vemos el final; en 2013 la gente dijo ‘nunca más’ ante los pequeños féretros blancos en Lampedusa, dijeron ‘nunca más’, ante el cadáver de un niño sirio de 2 años encontrado en la playa. Ahora ya no se pronuncian las palabras ‘nunca más’. Solo escuchamos ‘no más salidas’, pero por desgracia la gente siguie aventurándose en este viaje y sigue muriendo», añadió.
Sin comparación
«Ha habido naufragios, pero nunca una tragedia como esta», dijo a Rai News el alcalde de Cruto, Antonio Ceraso.
La primera ministra, Giorgia Meloni, elegida el año pasado en parte con la promesa de detener el flujo de inmigrantes hacia Italia, expresó su «profundo pesar» por el incidente y culpó de las muertes a los traficantes.
«Es inhumano cambiar la vida de hombres, mujeres y niños por el precio del ‘boleto’ que pagaron en la falsa perspectiva de un viaje seguro», dijo en un comunicado.
«El gobierno se compromete a evitar las salidas, y con ellas el desarrollo de estas tragedias, y lo seguirá haciendo».
El gobierno derechista de Meloni prometió impedir que los inmigrantes lleguen a las costas de Italia y en los últimos días impulsó una nueva ley estricta que endurece las reglas sobre los rescates.
Carlo Calenda, exministro de Economía de Italia, dijo que las personas en dificultades en el mar deben ser rescatadas «cueste lo que cueste», pero agregó que «las rutas de inmigración ilegal deben cerrarse».
La crisis que no para
Según grupos de seguimiento, más de 20.000 personas han muerto o desaparecido en el mar en el Mediterráneo central desde 2014.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que estaba «profundamente entristecida» por el incidente y agregó que «la pérdida de vidas de inmigrantes inocentes es una tragedia». Dijo que era crucial «redoblar nuestros esfuerzos» para avanzar en la reforma de las normas de asilo de la UE para abordar los desafíos relacionados con la migración a Europa.
Regina Catrambone, directora de la Estación de Ayuda a Migrantes en alta mar que lleva a cabo operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, le dijo a la BBC que los países europeos deben trabajar juntos para ayudar a los necesitados.
También pidió el fin de la «visión miope» que dice que los países que están geofráficamente más cerca de África y Medio Oriente deberían ser los que toman la iniciativa para abordar el problema.
«Todavía no hay cooperación entre los estados europeos para coordinarse activamente para ayudar a las personas necesitadas», dijo, instando a los gobiernos a trabajar juntos para mejorar los esfuerzos de búsqueda y rescate y desarrollar rutas seguras y legales.