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Nueva ley en Texas prohíbe el aborto a partir de la sexta semana

Nueva ley en Texas prohíbe el aborto a partir de la sexta semana:

Este miércoles el gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó una nueva ley que prohibirá todos los abortos luego de que se detecte el primer latido fetal, por lo que Texas se convierte en el estado más grande de EE.UU con una ley que prohíbe los abortos, incluso antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.

Durante la ceremonia de firma de la ley, aprobada por el Congreso estatal y que entrará en vigor en septiembre, Abbot subrayó que «Texas cultiva la vida»«Nuestro creador nos otorgó el derecho a la vida y, aun así, millones de niños pierden su derecho a vivir cada año debido al aborto», dijo el gobernador en el acto.

Las mujeres solo podrán optar por un aborto si no se ha detectado un latido fetal, acción que ocurre, generalmente, seis semanas después de que una mujer queda embarazada.

La ley no contempla excepciones en casos de violación o incesto, no obstante, toma excepciones como emergencias médicas que presenten las embarazadas.

Aunque los tribunales federales han impedido la entrada en vigencia de proyectos de ley similares en Dakota del Norte, Iowa, Kentucky y Mississippi, entre otros, en Texas se espera que se hayan podido sortear las objeciones federales.

Sin embargo, mientras la Corte Suprema estudia esta semana si aborda una ley de Mississippi que prohíbe el aborto después de las 15 semanas de embarazo, a los activistas les preocupa que un fallo favorable al estado pueda sentar las bases para permitir aún más restricciones al aborto.

A diferencia del resto de legislaciones, la de Texas es diferente porque no es el Gobierno estatal el encargado de aplicarla. En cambio, permite a cualquier persona, incluso a alguien fuera de Texas, demandar a un proveedor de servicios de aborto o a cualquier otra persona que haya ayudado a alguien a interrumpir un embarazo después del límite y buscar una compensación económica por daños de hasta 10 mil dólares por acusado.

Los que se oponen a la nueva legislación dicen que la disposición permitirá a los grupos pro-vida inundar los tribunales con demandas a fin de acosar a médicos, pacientes, enfermeras, consejeros de violencia doméstica, algún amigo que haya llevado a una mujer a una clínica para abortar o incluso un padre que haya pagado por un procedimiento de este tipo.